Este espectáculo, dedicado a Agustín Lara y sus canciones, ocupa un lugar muy especial en mi repertorio, abandono la sátira política para gozar de las letras sensuales y los ritmos tropicales evocando la época de Lara y anécdotas de su vida que permiten un acercamiento más íntimo al personaje.
Pocos artistas han tenido el privilegio de extender su obra más allá del territorio que los vio nacer. En esa absurda distinción entre alta cultura y cultura popular se crean fronteras.
Agustín Lara es de los pocos creadores que han logrado romper estas barreras.
Sus canciones hoy siguen siendo interpretadas tanto por tenores de talla internacional como en las esquinas y bares de pequeñas y grandes ciudades cosmopolitas.
En muchas partes del mundo siguen siendo sus temas muy populares, aún y cuando en muchos casos se desconoce al autor.
Sus canciones siguen siendo parte hasta el día de hoy de la banda sonora de nuestras vidas.
Como crecí y gocé con ellas, hoy canto parte de su extenso repertorio con la pasión y la intensidad que me provocan. Canto sus canciones, borracha de sol y pasión, llenando de recuerdos el vacío, con el brillante espejismo de amores que viven un instante en la ensortijada melodía de sus composiciones.
La rima de amor, doliente, pecadora y cumbanchera vibrará en la noche, colmando de calor la vida y el alma.